Muchas veces habremos oído hablar sobre las cervezas de las abadías belgas, y es que tienen una fama y un reconocido prestigio que se han ganado con el tiempo.

Suelen ser cervezas de alta fermentación, con un cuerpo y graduación alta, que puede llegar hasta los 10º y más. Affiglem y Leffe son ejemplos de este estilo. Estas cervezas mantienen las formulas de los monjes fundadores, con recetas que datan de la edad media, y que han sido cedidas a empresas cerveceras.
No hay que confundir estas cervezas con las Trapenses, que son elaboradas en exclusiva en monasterios de esta orden, con origen en el monasterio cisterciense de La Trappe. Son tan exclusivas que solo se reconocen 12 marcas con este sello, entre ellas Orval o Chimay como las más reconocibles.
Nada mejor que tomarnos estas cervezas cuando el sol se esconde acompañadas de higos o dátiles. Si la preferimos con el entrante, aprovechad para picar con algún tipo de queso azul.
buenas noches estoy realizando un blog sobre cerveza artesana 🙂
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Perfecto, avísame cuando empieces para echarle un ojo!
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